Durante décadas, la construcción en Granada ha dado la espalda a un recurso local muy valorado en otros países y que ya en su día demostró con creces su validez para uso estructural: la madera de chopo. Investigadores de la Universidad de Granada han desarrollado diferentes prototipos de dos metros de largo de vigas laminadas encoladas de este tipo de madera con tejidos de fibra de carbono embebidos entre las tablas de madera.